Tengo un enigma para usted:
Yo soy su compañero constante, yo soy su mejor sirviente o su carga muy pesada. Yo te haré triunfar o fracasar. Estoy completamente a sus órdenes, la mitad de las cosas que haces tienen un gran efecto en mí y que puedo hacer de forma rápida y correctamente. Es fácil de controlarme. Usted debe ser firme con migo, enséñame exactamente como desea que se haga algo, y después de unas cuantas lecciones lo haré automáticamente. Soy el siervo de todos los grandes hombres, y también de los fracasados. Los hago grandes a aquellos que son grandes! Los que no, se los llevo al fracaso. No soy una máquina, pero trabajo con toda la precisión de una máquina y la inteligencia de un hombre. Usted puede obtener una ganancia ó una pérdida de mí, no hace ninguna diferencia para mí. Tómame, entrénese con migo, sea firme con migo y pondré el mundo a tus pies. Si no te preocupes por mí, sin darte cuenta te voy a destruir. ¿Quién soy yo?
-Soy el Hábito
El hábito es una forma relativamente estable del ser humano, adquirido por la repetición, reduciendo el esfuerzo de adaptación ayudando al individuo a comportarse ó reaccionar en determinadas circunstancias. También puede definirse como una intersección de conocimiento, capacidad y deseo. Los hábitos son de una importancia en nuestra vida, nos ayudan a lograr las cosas más maravillosas. Primero formamos nuestros hábitos y luego nuestros hábitos nos forman a nosotros. Somos libres de elegir a nuestros hábitos, pero no vamos a ser libres de elegir sus consecuencias.
Y vemos que la muerte viene sobre el género humano; sí la muerte que es la muerte temporal; no obstante, se le concedió un tiempo al hombre en el cual pudiera arrepentirse; así que esta vida llegó a ser un estado de probación; un tiempo de preparación para presentarse antes Dios; un tiempo de prepararse para ese estado sin fin del cual hemos hablado, que viene después de la resurrección de los muertos.
Los días de esta vida son los días para el desarrollo de nuestros hábitos, buenos ó malos. Pero como miembros de la iglesia desde el día de nuestro bautismo, nos comprometimos a hacer el bien, a desarrollar buenos hábitos, a desarrollar una buena actitud y comportamiento. Presidente Thomas S. Monson dijo: ''Son nuestros hábitos y nuestra actitud que determinan nuestra altitud.''
Los hábitos son una parte muy pacífica de nuestra vida. Ellos pueden hacer que seamos grandes hombres y mujeres y tienen el mismo poder para arruinar nuestra vida. Les sugiero que elija cuidadosamente sus hábitos, a desarrollar buenos hábitos de orar, de leer las escrituras, de servicio y de amor, de elegir sus palabras sabiamente, las palabras que uno usa cuando es joven se quedara consigo cuando sea viejo. Desarrollar hábitos de trabajo, el trabajo le ayudará a ganar confianza cuando te enfrentas a la adversidad en su vida. Todas las grandes personalidades de la historia que han tenido éxito han aprendido a desarrollar buenos hábitos que los perdedores no desarrollan.
Hagan un esfuerzo por desarrollar los atributos de las grandes personalidades en su vida especialmente Jesucristo. Estas cualidades no son innatas, son adquiridas por una práctica, un deseo y el compromiso de todos los días. Es como un regalo que nos envió el día de nuestro nacimiento, nada más tenemos que tomarlo, abrirlo y dejarlo entrar y jugar un papel importante en nuestra vida para que sea maravillosa y exitosa.
Me acuerdo cuando era maestro en un centro de capacitación misional, los misioneros me hicieron siempre esa pregunta, la misma pregunta que yo tenía cuando era misionero: ¿Que puedo hacer para ser un gran misionero?
Mi respuesta siempre era: Lo más importante no es que hacer para ser un gran misionero pero es como llegar a ser un gran misionero. El principio de llegar a ser nos enseña como llegar a ser algo que simplemente hacer algo ó una acción. La mayoría de las veces aprendemos a hacer algo pero este principio nos enseña como llegar a ser algo. La idea de convertirse en un gran misionero no solo requiere usar una camisa blanca, una corbata y una placa pero puede crecer en su deseo de tener éxito como los grandes misioneros, usted puede empezar a pensar como piensan los grandes misioneros, leer lo que ellos leen y sentirse como ellos se sienten. En otras palabras desarrollar los mismos hábitos que ellos desarrollan.
Hermanos y hermanas, espero que podamos desarrollar los buenos hábitos en nuestra vida así que podamos eliminar todas las influencias negativas del mundo que impiden que tengamos éxito y que podamos sentir más confianza para convertirnos en el tipo de persona que queremos llegar a ser.
su amigo de siempre,
Reginald Canon